jueves, 24 de febrero de 2011

DE LIBIA Y LA REVOLUCIÓN


"no hay policías ni soldados. La gente ha tomado la ciudad"
Tobruk, tu nombre es recuerdo de tiempos monocroma de una violencia inimaginable. Ingleses, alemanes, héroes y matanzas y zorros del desierto. La historia vibra en ti. Y hoy, nuevas lágrimas de sangre por una causa de libertad. Libia entera tiembla.

Arde el mundo árabe, arde con el sacro fuego de la revolución.
El tiempo dirá si surge un monstruo como los nuestros, o la hostil abominación.
-gUILLERMO; ^*¨ç 24!02!11

sábado, 12 de febrero de 2011

Diario fantástico de la guerra de Independencia

DIARIO , 17 DE ABRIL
Por supuesto, los soldados regulares que aún quedaban no veían con muy buenos ojos mi designación al frente de la unidad de asalto de montaña. Sopesaban con celo la elección del Coronel Monro y eso era algo que todos sabíamos que no nos beneficiaría en absoluto, mas si llegaba el caso de un revés en la batalla y hubiera yo de repartir ordenes y estrategias nuevas para sacarnos de algún inesperado infortunio, bien sabría que algunos mandos se atendrían a los patrones iniciales acordados ayer entre todos y no me obedecerían, alegando su deber de obediencia con respecto a los que me eran superiores jerárquicamente. Temía mucho que, como suele pasar en todas las batallas grandes, la situación se volviera caótica y se viera necesitada de una nueva estrategia más flexible y dinámica en sus objetivos posiblemente cambiantes, más que desobedeciéndome algunos oficiales incluso ante evidentes peligros con los cuales diera yo consejo, viéramos arrastrado a nuestro ejército a matanzas insensatas.
DIARIO , 19 DE ABRIL
Hoy, mientras conciliábamos el ajuste de pertrechos y avituallas así como las líneas de suministros fijadas, llegó al cuartel de intendencia un mensajero inglés con agitada premura y desorientación, cuyo apellido Barrington me sonó londinense. Había cruzado Caso desde los campos de batalla de Castilla para comunicarle al Coronel Monro la total incapacidad de los batallones ingleses para prestar ayuda en esta campaña, dada la profunda implicación en que las estaba comprometiendo Wellington por el Sur.
No sé, pero esta noche, mientras el sol se ocultaba y pensaba en los franceses allí arriba preparándose, mis perspectivas con respecto a todo esto no fueron muy halagüeñas.
Casi creía oír el chirriar de las piezas artilleras movidas por la loma de Peñamayor.
Puede que seamos unos cinco mil, entre soldados regulares, voluntarios, renegados como yo, patriotas e ingleses, pero estamos solos en esto.
Cabe pensar si César el de Entralgo no habrá cometido un error exhortando al Coronel Monro, ambos padecen de hambre de gloria.

jueves, 10 de febrero de 2011

Paranoias revueltas del insomnio. ¿Visio-nes?

"(...)donde abominables criaturas sin nombre roen las entrañas de las calles ya vacías, desiertas, desierto de humanidad. Visiones y futuro"