



Con los nervios a flor de piel, bien por las ganas de que la carrera empezase o por albergar serias dudas de si seríamos capaces de acabar el reto, o por ambas cosas, atendemos pocos minutos antes de las 11:00 (hora H) a un elocuente y parlanchín organizador del evento que nos va describiendo la alta dificultad de la prueba por un micrófono amplificado, no sin cierta sorna hacia los participantes. De fondo, alguna comercial canción de Lady Gaga haciendo de catalizadora de adrenalina y un par de albos perros mastines como edificios paseándose por el prado como controladores de la carrera. La niebla matinal aún arraigada a las cimas de los montes mierenses y algún claro ocasional entre el cielo nublado daban cuenta de que no iba a ser un día precisamente cálido, así que los chapuzones obligados iban a resultar más duros aún. Era el día D, la hora H, lo sabíamos todo y estábamos allí. Listos y preparados, aún sin tomarnos demasiado en serio la carrera como competición.
Cuando salimos de meta, cual rugiente marabunta, nos dimos cuenta del error que había sido situarnos a la cola, pues debíamos esperar saturadas conglomeraciones en el circuito de pruebas. Saltar a unos containers en fila, nadar entre un lodazal para sublimarnos como reyes de una colina de barro tan solo para vernos después cuales gusanos arrastrándose bajo las espinosas alambradas, trepar las redes de unas balas de paja de unos 5 metros de altura sintiéndonos como marines embarcando a un buque en el Pacífico, ruedas, hinchables y demás pícara imaginería conformaron las barreras físicas a que nos enfrentamos ya tan sólo en la salida…
Llegamos a la carretera para correr en llano hasta llegar a un puente, allí bajamos a la rivera y cruzamos el Lena dejando un rastro marrón de barro que se perdía en la corriente. Después, más carreras y alguna escombrera. Más tarde, una costosa subida por una embarrada pista de monte en la que la inmensa mayoría tuvo que aflojar el ritmo. Afortunadamente, un punto de avituallamiento en medio de la ascensión hacía más llevadera nuestra particular cruzada deportiva. Una buena “pintina” de vino con Pepsi, un puñado apurado de frutos secos, y a continuar monte arriba, ora andando, ora corriendo-muriendo.
En el top de altura de la prueba, un ufano organizador ponía a disposición de nuestras mercedes y para alivio de nuestros secos gaznates, botellines de agua cuyo líquido interior vaciábamos en segundos. A continuación, una vertiginosa bajada en la cual la motivación llegó al máximo tal que parecíamos Sonic el erizo o un bólido humano correteando y saltando cuesta abajo por la pista montuna, cual cabra de altos pastizales. Al poco hubo de lanzarse del cómodo camino a un arroyo encabritado que en ocasiones formaba pozos que nos llegaban a la cintura. Así, saliendo y entrando del río, cruzando pueblos y sorteando empalizadas, hicimos la kilometrada restante hasta llegar al circuito de pruebas inicial, que hubimos de acometerlo nuevamente, ya casi sin fuerzas en el ánima y el cuerpo. Y lo logramos. Fuimos invencibles.
Mientras descansábamos del carrerón, los rezagados protagonizaban cómicas escenas para gran risa de los allí presentes, pues bastantes participantes llegaban a las últimas pruebas exhaustos y no eran capaces de saltar la colchoneta hinchable que obstaculizaba la llegada a meta, rebotando contra el suelo una y otra vez, con la taladradora cháchara del hombre con el micrófono que cual sargento desde su puesto de observación, atosigaba con elocuentes comentarios a los corredores. También pudimos ver con admiración la llegada de un joven que había salido media hora después de las 11:00 (hora H) y aún así había conseguido un tiempo notable; lo más curioso fue saber que era un soldado que había venido de Afganistán la noche anterior. Y es que el ánimo y las ganas pueden con todo. Hasta con 11 kilómetros endemoniados de pruebas y obstáculos.
Tras las duchas y un buen bocata de jamón y chorizo que daba la organización, nos invadió un profundo sentimiento de orgullo propio al sabernos victoriosos de tan ardua empresa. Dejamos el campo del circuito, nos fuimos a nuestros coches tras despedirnos los amigos, y abandonamos el ubérrimo paraje de Lena con el recuerdo de una mañana inolvidable.
-Guillermo Méndez Álvarez 11-04-11
Lo tienen claro. Saben cuál va a ser su futuro o por lo menos se lo imaginan. Los 300 trabajadores, entre bomberos y personal, que desde el pasado 11 de marzo trabajan en turnos rotatorios de 50 para atajar la crisis de la central de Fukushima sólo "esperan morir" ante los altos niveles de radiación a los que han estado y están expuestos.
La madre de uno de estos 'liquidadores' ha confesado al diario británico 'The Daily Telegraph' que su hijo y el resto de trabajadores se han reunido y han discutido sobre su situación llegando a la conclusión que su única posibilidad es la muerte.
"Mi hijo y sus colegas han analizado detenidamente su situación y se han resignado a morir si es necesario a largo plazo", ha afirmado la mujer.
Además, una serie de mails, revelados por la prensa y que fueron enviados por los 'liquidadores' a familiares y miembros de Tepco revelan las extremas condiciones en las que se encuentran.
"Llorar es inútil. Si estamos en el infierno ahora todo lo que se puede hacer es trepar hasta el cielo. Por favor, tengan cuidado con la fuerza oculta de la energía nuclear. Me aseguraré de que vayamos a recuperarnos", registra uno de los correos.
"Llevamos en los trabajos de reparación desde que ocurrió el terremoto (...) La ciudad en la que vivo, Namie-machi, fue arrasada por el tsunami. Mis padres fueron arrastrados por el tsunami y aún no sé dónde están (...) Estoy encadenado en un trabajo extremadamente duro bajo estas condiciones mentales. ¡No puedo más!", se angustia otro empleado en Fukushima.
"Todo el mundo ha perdido todo -su casa, su trabajo, su escuela, sus amigos, sus familias. ¿Quién puede soportar esta realidad? Yo te ruego que compartas esta realidad con la gente dentro y fuera de la empresa", reza otro de los mails. "Esto es como una zona de guerra".
Mientras los conocidos en Japón como los 'samurais de Fukushima' temen por su vida, la empresa dueña de la central, Tepco, ha anunciado que debido a la escasez de medidores con los que se cuenta en la central se ha decidido reducir el número de personas que trabajan en la planta.
Ante esta situación, la empresa ha anunciado que "hasta que no haya uno para cada trabajador, van a reducir el número de ellos que trabajan en la planta". En declaraciones a NHK, uno de los trabajadores que ya ha abandonado Fukushima afirmó que sólo hay uno o dos medidores por cada grupo de trabajo, con lo que no siempre puedes medir a cuánta radiación estás expuesto.
Así, sólo los jefes de las cuadrillas cuentan con un medidor, lo que aumenta el riesgo de exposición del resto de trabajadores. De hecho, unos 180 han tenido que trabajar sin esta máquinadurante todo un día.
Esta semana se revelaba las condiciones extremas en las que viven estos samurais con tan sólo dos comidas al día y durmiendo cubiertos por una capa de plomo y una manta en cualquier instancia de la central.
Los temores sobre posibles fugas en la planta aumentó después de que se hallará restos de yodo radiactivo en el agua de mar en niveles que superan 4.385 veces el límite legal. Además, la contaminación radiactiva en el agua subterránea debajo del reactor 2 está 10.000 veces por encima de la normativa sanitaria del Gobierno.
-"ElMuNDO.ES"
Helios bosteza. El disco rojo deja paso a las oscuras garras de la noche. La bohemia de Valle Inclán se proyecta a la calle desde las luces de unas surrealistas farolas. Los adolescentes apuran sus clases particulares, esperando el declive del deber en aras de pasar la noche en algún antro mal ventilado. “Putos” de gimnasio sacan sus cochecitos de alta gama para impresionar a las hembras en un despliegue de gestos que harían enrojecer al mismísimo James Dean. Se borran las adustas expresiones tristes de los obreros que hoy salen más temprano. Es un viernes más en la Cuenca del Nalón, y aunque aún es pronto para el espíritu de la fiesta, los depredadores de la eterna noche de parranda y perdición, en resumidas palabras, “los de siempre”, despiertan de sus pequeños mundos míseros presto para lanzarse al abismo de frenesí y desahogo del fin de semana.
-GMA-
Me levanto en el día de Añonuevo aturdido por la molestia general de la bajamar etílica. Son las seis de la tarde y un silencio pegajoso se estanca por la casa. Afuera no parece haber más ruido. Me conecto al Messenger, esperando encontrar algún amigo con el que relatar en mutuo regocijo las desventuras y sucesos de la Nochevieja, pero apenas ocho contactos están conectados. Los que no se hallan muriendo, aún estarán dobleteando por el After. Entonces, y como un relámpago, se abre una ventana de agregar contacto, lanzado contra la pantalla de mi PC: guillermo_laviana@hotmail.com, ¡era mi propia dirección!, ¿qué chapuza ocurría en el Messenger?. Acepto la invitación. Escribo, extrañado, seguro de que aparecerá el típico mensaje de “El mensaje enviado no ha podido entregarse a todos los destinatarios”.
Yo : Hola.
Nada ocurre, pasan diez minutos; ojeo un blog sobre Julio Cortázar, y entonces, el épico y trillado sonido del Messenger de cuando algún interlocutor responde, para mi sorpresa. Abro curioso la ventana minimizada.
MSN: Los saludos son una mariconada, ¿sabes?, a menos que los hagas con estilo, decir “hola” suena a bobo, casi a serpiente.
No lo podía creer. Me da un amago de escalofrío.
Yo: ¿Quién cojones eres?, ¿porqué tienes designada mi dirección de Guillermo_laviana?, ¿cómo es posible?
Reviso su dirección y la mía, comparándolas, y compruebo que son iguales, ¿tanto durará el cuarzo?
MSN: Digamos que me aburro. Feliz año nuevo, por cierto.
Yo: Feliz año nuevo, pues. ¿Pero quién eres?
MSN: Quizá tu eco, o tu sombra, o tu evolución ascética en superhombre. Deja las cuestiones reflexivas de base y razón, atiende.
Yo: Jajaja, XD, ¿Es que me hablas desde el futuro o algo?, estás loco tío, pues sí que te aburres.
¿Pienso que quizá sea algún amigo jocoso, y que de alguna manera ha podido crear una cuenta con el mismo nombre de mi dirección Hotmail?
MSN: Bueno, y qué, otro año, otra fiesta de Nochevieja, más borracheras, el mundo fluye eh.
Yo: Otro año nuevo, la misma mierda, ¿me dices quién eres?
MSN: Y dale. Olvida eso, ¿qué tal la fiesta?
Yo: No vas a hacerme creer que hablo conmigo mismo, pero bueno, OK, ¿la fiesta?, lo de siempre, vamos. Lo típico.
MSN: Ya, beber, bailar, desfasar, alguna zorra y alucinar en la mañana al salir de la After-parade, ¿verdad?, sí, la misma mierda.
Yo: Ya ves, ¿qué hacer si no?
MSN: No sé, pero quizá desperdiciemos el tiempo de nuestras vidas, se nos va la vitalidad de la juventud entre idioteces.
Yo: Así nos han enseñado que se es feliz, que se vive normal, qué se va a hacer.
MSN: Es vivir desgastando la salud. Vivir la vida muriendo.
Yo: Tengo amigos abstemios, lo pasan casi igual de bien.
MSN: De todas formas, el tiempo es malgastado igualmente.
Yo: Ya, ¿y cómo crees que se aprovecharía mejor el tiempo?, ¿cómo disfrutar la vida sino?
MSN: Ése es el problema, mentes moldeadas sin capacidad de siquiera barajar alternativas, sin pensar en alterar la ecuación.
Yo: Así hemos sido educados, tanta propaganda educativa en formar personas,
y al final la base social de todo comportamiento se enfoca al vicio, a formar consumidores.
MSN: Veo que comprendes, ¿tú tienes alguna idea?
Yo: Visos fugaces, pero no ideas claras de sólido esqueleto. Somos incapaces de otra cultura de vivir.
MSN: Pues esta cultura nos deshace el cerebro. A los unos por el alcohol y las drogas, a los otros por la ornitología mental. Es el equilibrio, Guillermo.
Yo: ¿De qué equilibrio hablas?
MSN: ¡JA!, ¿no lo sabes?, dicha de esclavos laborales por la semana y bestias anhelantes de procaces placeres inmediatos los fines de semana.
Yo: ¡Ah!, ése equilibrio, bueno, el problema es la peña como nosotros que les da por reflexionar, el resto de la gente creo que vive más o menos a gusto, cerca a lo feliz.
MSN: ¡JA! (nótese abreviatura de un gracioso emoticon), nadie vive feliz, y los que menos distan de ser felices, viven en miedo. Quítales a estos últimos lo material, la comodidad, azótales tan sólo un poco con la dureza de la vida, y no serán más que frágiles criaturas depresivas que se mostrarán arto infantiles. ¿Por qué la gente de hoy es tan narcisista y arrogante?, por eso, por aparentar solidez y control en su vivir, cuando no son sino almas enanas, cascarones vacíos. Esta sociedad no prepara a la gente para una vida plena y maduramente inteligente.
Yo: Podrías ser filósofo, tío.
MSN: Podría, no en esta sociedad. El pensamiento inteligente y la virtud en el ser están arto desprestigiados. Sólo triunfan si acaso asnos funcionales, inteligencias artificiales-superficiales.
Yo: Entonces el problema va mas allá del beber y el perder el tiempo en sitios oscuros y cerrados.
MSN: Claro, ésos son sólo los resultados. Una discoteca se asemeja mucho a una guardería. Mejor destrozar la capacidad reflexiva de los jóvenes y encerrarlos en esos sitios a tenerlos en las calles, protestando, escribiendo, o simplemente, desarrollando otras formas de vivir de más amplios horizontes.
Yo: Vivir la vida, ése es el lema, mas quizá el problema.
MSN: No creas, la vida hay que vivirla. El asunto está en las maneras de vivirla, porque si reducimos este vivir la vida a la simple satisfacción de los placeres brutos, un día veremos que habremos muerto en ser.
Yo: ¿Qué podemos hacer?
MSN: Leer. Y muchas más cosas de las que ahora mismo podréis imaginar. Pero, ¡ah amigo!, ya procura el necio profesorado de este país en hacernos detestar la lectura y la curiosidad por el saber, sin contar con la venenosa instalación del ocio fácil y directo, tales son los videojuegos, o el opio del fútbol.
Yo: Mucho ha de cambiarse entonces.
MSN: Tan sólo nuestra mente.
“guillermo_laviana@hotmail.com ha cerrado sesión”. Y allí se puso término al coloquio. Reflexioné sobre esta conversación que había tenido lugar, y sentí el escalofrío. ¿Lo habría soñado?, ¡pues no había tal conversación en el historial de mensajes, tan sólo su gris dirección ya fría y apagada!
Sin embargo, reflexioné sobre las palabras intercambiadas y en el extracto que de ellas se hacía. ¿Realmente este 2011 iba a ser igual, estudiar y/o trabajar, beber y fiestas, resignación y precariedad?, algo tenía que cambiar. Pero tanto volteo del alcohol no me dejaba pensar qué podía cambiar, así que lo primero era dejar de beber la droga bruta que nos aliena, y entonces quizá pueda dilucidar clara la Gran Idea...
-GMA-