jueves, 12 de diciembre de 2013

BIG DATA

Lulea, Suecia, cerca del círculo polar Ártico. Es aquí donde FB tiene su sede central. Un empleado entra en una enorme sala parecida a un gigantesco pasillo. Los fluorescentes  que penden del techo metálico, a gran altura, se encienden uno detrás de otro hasta llegar a iluminar el fondo de la sala). A ambos lados de la misma, y reflejándose acuosos en la pulimentada superficie del suelo, miles de pequeños departamentos guardan millones de datos generados en la red social


Sede central de Facebook en Lulea, Suecia.


No en vano, a cada minuto en internet se marcan 1.800.000 “Me Gusta” en Facebook. Así mismo, en ese mismo minuto Google recibe más de 2.000.000 de consultas, los twitteros envían más de 300.00 tuits y en Youtube se suben 100 horas de vídeo nuevo. Los datos de entradas a webs pornográficas son ya de números vertiginosos.

Todos estos enormes volúmenes de información son manejados por las grandes compañías tecnológicas, que registran y almacenan de manera permanente esta constante emisión de datos. Es lo que se conoce como BIG DATA.


BIG DATA: un proceloso océano de información en el que, mediante un adecuado sistema de análisis y extracción, pueden obtenerse interesantes deducciones sobre los patrones de comportamiento de la sociedad


Las empresas como Google utilizan métodos matemáticos (algoritmos) para interpretar tales volúmenes de información virtual y establecer correlaciones que clarifiquen los patrones de comportamiento de sus usuarios entre los océanos-basura de datos. Obtienen entonces relaciones estadísticas con las que estudiar y prever sus acciones de marketing. ¿Cuántas veces has estado buscando en la web productos concretos, y después te han sido ofrecidas ofertas parecidas a lo que buscabas en otras webs o en tu correo electrónico?, podríamos llamarlo “enfoque personalizado al consumidor”.

La empresa americana Wallmart descubrió que, tras la previsión de desastres meteorológicos en USA, la gente compraba productos de bricolaje (entiéndase que con la pretensión de arreglar desperfectos) y una especie de galletas dulces llamadas Pop-Tarts. Pues bien, en los establecimientos Walmart se comenzaron a colocar yuxtapuestos los estantes con productos de bricolaje y las jodidas galletitas, lo que tuvo como resultado un genial aumento de ventas; ¿por qué se vendían esas galletas dulces antes de los huracanes?, eso no importa para las empresas que gestionan las miríadas de datos tabulados, no importa el “por qué”, el motivo es intrascendente. Sólo se tiene en cuenta la información bruta sobre patrones de comportamiento, las relaciones estadísticas. No hace falta un estudio psicológico sobre el comportamiento de la gente que compra Pop-Tarts antes de un huracán. Simplemente se sabe esa relación y se aprovecha.



Hay empresas que son verdaderos traficantes de información, ellos recogen información así como la de millones de cibernautas y usuarios de redes sociales y la venden a compañías dispuestas a obtener unas notables mejoras en su gestión de ventas. A veces, esta información personal de la gente es incluso reutilizada para otros fines, pues su análisis e interpretación otorga un gran poder de previsión estadística que ayuda a las empresas a no dar pasos en falso.

Los deportistas que utilizan aplicaciones para smartphones con el fin de registrar su actividad física dejan un tipo información muy útil para estos  intermediarios, los cuales traducirán el grueso datado en información útil a las Grandes Empresas. Si te interesas por el culturismo, es muy probable que seas bombardeado en la web por docenas de anuncios y “banners” ofreciéndote, por ejemplo, suplementos alimenticios y métodos de entrenamiento.

Peor no sólo los hábitos de compra quedan reflejados en Internet, sino también nuestros sentimientos a través de innumerables posts, artículos de blogs, comentarios y, cómo no, por los mensajes privados. Sabrán cuando has estado deprimido o feliz, en el paro o trabajando (FB ya te lo pregunta directamente), o incluso si tienes pareja o la estás buscando, has consumido droga o cometido hechos delictivos (esos privados…). Toda esta información es tabulada y clasificada por las Grandes Compañías y también por los Organismos Públicos, los Estados…

Los patrones de comportamiento de la sociedad pueden ser previstos dentro de los rangos estadísticos que calculan los algoritmos de operación de estas grandes empresas, y la realidad de películas  como Minority Report (donde los delincuentes eran detenidos antes de cometer el crimen) se hace cada vez más posible. La sociedad está cada vez más cerca del control total y la uniformidad de pensamiento, cada vez más cerca de una absoluta manipulación por parte de una sombría industria que mide resultados en pro no de la calidad en la vida humana, sino del beneficio bruto por encima de todo lo demás. Ese mundo corporativista e inhumano de tantas películas futuristas ya está aquí.


La realidad de películas futuristas como Minority Report está más cerca de lo que pensamos.


Cierto es que hay muchas aplicaciones positivas en el análisis de información masiva, como así lo atestigua el resultado obtenido en el computerizado de millones de datos, con el que se han conseguido importantes avances en medicina, así como en otros muchos campos más  como la investigación científica a todos los niveles y ramas. De todas maneras, creo que deberíamos ser cuidadosos en el rastro que dejamos por la red…

Guillermo Méndez Álvarez

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