-Está bien, cabrón- dijo
el policía gordo rebuscando en su bolsillo.
Witt, mientras tanto,
esposado a la silla de interrogatorios, lanzó un escupitajo rojo brillante al
suelo. El policía sacó una foto en la que salía él mismo rodeado de varios
compañeros suyos en un jardín, con una barbacoa. También aparecían en la foto
una mujer y dos niñas pequeñas sonrientes.
- ¿Ves esto, lo ves?,
éste de aquí es Joseph Laughton, y era mi amigo, además de compañero de
trabajo. Y esta de aquí su viuda, con sus dos hijas, ahora huérfanas.
-Bonita historia-
contestó Witt, y recibió un nuevo puñetazo que resonó como un chasquido por
toda la sala.
-Escúchame hijo de perra,
Joseph Laughton tenía una familia, era un buen hombre americano, y murió abrasado
vivo dentro del coche patrulla cuando un miserable psicópata le embistió en la
carretera de Ojai Valley. Queremos saber quién era ese conductor y si es el
mismo que está causando accidentes de tráfico por toda la costa Oeste, además
tenemos certezas de que es alguien de los vuestros y …
-No- respondió Witt, esta
vez muy serio – .No es de los nuestros.
Los policías de la sala
se miraron unos a otros.
-Todo lo que sé es una
mierda, pero si de algo estoy seguro, es que ese psicópata que perseguís no es
un Hell´s .
De repente la sala de
interrogatorios se abrió y una joven policía entró con gesto preocupado. En una
mano llevaba una carpeta, la cual alzó para hacer visible a los allí presentes.
Su mano morena destacaba contra el fondo color crema apagado de la carpeta.
-No es un psicópata, es una psicópata- dijo la mujer policía.
-¿Una tía es la que se
está cargando a vuestra gente?- estalló en carcajadas dementes Witt, y un
policía rubio entonces le propinó dos brutales puñetazos en el estómago y le
hizo callar, doblándole sobre la silla.
-¿Qué tienes, Lorenna?-
preguntó el jefe de policía que había estado observando todo.
-Algo. Más bien nada.
Pero de algunos de los interrogados, hay algo común en sus testimonios: quien
conducía los coches que les hicieron salirse de la carretera parecía ser una
mujer.
-¿Se trata de un coche diferente
en cada ataque?-
-Buena pregunta, jefe.
Aquí viene lo bueno: parece ser que casi siempre es un coche diferente, pero de
los interrogados que sufrieron accidentes durante el último mes, hay dos que
refieren haber visto el mismo coche, un ´Cuda Plymouth 71. Creo que puede ser…significativo.
-Algo es algo…
-Al presidente Carter le
ataca un conejo de pantano, y al departamento de policía de Los Angeles se le
va de las amnos una loca al volante jajajaja
Un nuevo puñetazo, esta
vez del jefe de policía, deja inconsciente a Witt.
-Aquí hay algo que se nos
escapa- murmuraba el jefe, acariciándose los nudillos de la mano con la que
había golpeado a Witt, con expresión pensativa.
“Sabes, si nunca te ha ocurrido, es que entonces no eres buen escritor.
No pocos artistas se enamoran de sus propias creaciones. Hay algo de ego en
eso. El problema es cuando creas un personaje que te supera. Se afianza ahí, en
lo más profundo de tu pensamiento, esperando que le saques a la vida mediante
las palabras y las historias. A veces se ponen pesados, y no dejan de gritar
por las recoves de tu mente “escribe sobre mí, vamos, vamos, escribe sobre mí”.
Yo creo que, de alguna manera, ellos siempre han estado ahí. Antes de que
existiéramos siquiera. Eran como espíritus, ideas fantasmales que vagan a
través de la energía y los memes culturales. Nosotros tan sólo los interpretamos
a través de nuestras obsesiones y deseos, y los transcribimos mediante nuestra
idealización personal.”
Guillermo Méndez Álvarez en “Apuntes para una teoría de los 80”
Una simple autopista separa Downtown del barrio negro de Watts y del feudo hispano de Boyle Heights. Alguien conduce desde aquí hacia el centro de la ciudad, a través de las zonas controladas por los "Evergreen", los "Maravillas"...
Destellan los drive-in.
Como un halcón sobre la ciudad,
saliendo a cazar cada noche, Evangelina Wassertrum es un puro impulso
mecanizado recorriendo las nocturnas calles y autopistas de Los Angeles.
Su mente ordena a sus manos
moverse, y se mueven, entonces quiere mirar por el retrovisor, y su cuello se
mueve; de la misma manera, como perteneciente a un todo integrado en carne y
metal, el Plymouth Barracuda gira a una dirección concreta, acelera, frena,
bufa con exceso de RPM o va marcha atrás según su cerebro humano ordene,
transmitiendo la orden de información eléctrica a través de los circuitos de
sinapsis, los músculos, la caja de cambios, la transmisión, el mismo automóvil.
BRUUUM BRRRUMM
No importa la canción del
mariconazo filogay de Dennis Parker. Tampoco el austero interior de coche stunt
del Barracuda. Ni el casco rojo sangre adornado por un águila nazi, ni su
estética de chupa de cuero, pinchos y reverso de los Hell´s Angels. Mucho menos
su cara bonita de niña mala cuando clava la mirada en el espejo retrovisor. Y por
supuesto, el olor a hamburguesas aún impregnado en la ropa sucia que está
tirada sobre el asiento trasero, importa cero.
Su sangre es gasolina, el
movimiento del Barracuda su voluntad, y el brillo de los neones la orienta a
través de la jungla.
De alguna manera a ella le
gustan los altos rascacielos, los suburbios, las luces fosfóricas multicolor de
los cines X, los pubs, los graffitis revueltos, el boulevard tostado y el bullicio
de personajes variopintos de la vida nocturna de Los Angeles.
Podría sentirse sola. Y
podría llamar a Mary. O a David. O simplemente irse a tomar una copa a un bar.
Su cara bonita haría el resto.
Defíname
usted el concepto de soledad.
¿Por qué no buscar una presa
en alguna solitaria carretera a las afueras, y después irse a tomar unos tragos
a algún antro de los Hell´s donde seguramente escucharía a los Rolling Stones y
podría vivir pequeñas cosas extrañas que recordar con encanto cuando amaneciera
en su cuartucho de motel barato encarando la resaca y el día a día demoledor de
un país devorado por el capitalismo, y a la vez por el ansia de disfrutar la
vida.
Pero no, ella no se siente
sola. Está rodeada de millones de personas, cada una con sus locos deseos de
vivir y sus locuras y miedos y sueños, en la sobrecogedora noche de Los Angeles
de un tres de Julio de 1980. Evangelina Wassertrum nada como un tiburón de
metal a través del variado acuario de la nightlife californiana, y se siente
inmersa en un oscuro océano que irónicamente brilla con un fulgor entrañable, nostálgico.
Como si intuyera la fuerza y el carácter irrepetible de la época y el lugar
donde ella ahora existe. Suspende su mente y fluye en ese tiempo de casettes y
neones rosas chillones, a través de las calles de Los Angeles, conduciendo su
Barracuda.
Evangelina cierra los ojos y
siente las luces de la carretera, suspende su pensamiento mientras conduce con
el subconsciente y se eleva por encima de la ciudad. Entonces ahora ve a la
ciudad desde el aire, como si fuera un ojo divino que escrutara desde las
tinieblas de la noche, por entre los rascacielos, a través de ellos, pudiendo
estar en todas partes.
Un Plymouth Barracuda se
detiene en un STOP.
Evangelina abre los ojos, y
respira profundamente, aferrando con fuerza sus manos, enfundadas en guantes de
cuero con nudillos de hierro, al volante. Se siente más viva que nunca.
LUZ VERDE. El halcón despega
de nuevo.
Cada uno en este mundo tiene
su manera concreta de redimirse ante El Todo.
Odiado diario de mierda,
cada vez que se apagan las luces del publicitario de la hamburguesería y
termina mi extenuante jornada laboral, siento que me falta el aire. Me caigo
sobre el asiento de mi coche, jodidamente cansada, harta, apestando a puto
aceite refrito. Y pienso muchas cosas.
Me he pasado toda la puta
infancia y adolescencia soportando reprimendas y castigos de adultos que
insistían en que no tenía futuro alguno de seguir el camino de la delincuencia
y la rebeldía, que sería una fracasada. Vale. Me reconduzco hacia una vida de
correcta ciudadana, ¿y sabes?, ahora sí que me siento una puta fracasada de
verdad. El olor del fracaso es este jodido pestazo a grasa, a cocina.
No siempre es fácil encarar
los aledaños de la cuarentena cuando estás atrapada en un trabajo pringoso,
indigno y malpagado. ¿Estudiar?, oh lo siento hay que pagar las facturas, y la
productividad maravillosa de la Lazy Ox Canteen exige 10 horas de jornada
laboral. 1.14 dólares miserables la hora. Debería ganar el mínimo, joder, 3.14
dólares. Juró que algún día sumergiré al gerente en la freidora.
Estás ahí, al jodido otro
lado de la barra, sirviendo menús (¡MUEVE TU CULITO NENA!), en la cocina, atrás
y adelante todo el santo día.
Intento algún plan más allá
del resarcimiento salvaje de un fin de semana libre, pero nada prospera.
Hice lo que se suponía que
debía hacer, dejar el robo de coches, las pandillas, los líos. Ganarme la vida
de manera honrada. Pero qué te voy a contar, queridísimo diario de mi vida, veo
a mucha gente de éxito por aquí en Los Angeles, y adivina; muchos son
criminales, traficantes, políticos corruptos, niños de papá, putas de alto
standing, judíos especuladores. ¿Son ellos gente honrada? Al diablo con todo.
Estoy hastiada de chulos y
camellos, y la idea de buscar algo de estabilidad con un hombre patético o
desesperado como ha hecho mi compañera de trabajo Mary, me deprime.
Enciendo el motor de mi descafeinado
Nissan Datsun B210 (¡que le jodan a Ford!) y entonces me relajo, mi cabeza se
vacía completamente, y fluyo como fluye la gasolina a través de los intestinos
metálicos del sedán. Ya lo sé. Son 60 cv de potencia de mierda, pero me ahorro
combustible, y eso, odiado diario, beneficia mi mermada economía.
Conduzco. Suspiro. Me olvido
del Lazy Ox Canteen.
Suspiro. Conduzco. Siento
como una ansiedad que me pica con querer vivir algo más, no sé, algo grande.
Y es que hay algo más allá
de la chispa de ignición que se enciende en mí cuando mi mente se traslada al
asfalto caliente…
24 de Mayo de 1979
Para una Burguer girl, un
buen día es aquel que te llaman “muñeca” “cara bonita” “buen culito”. Cuando
alguien sugiere que te faltan tetas o que pareces una amargada por la cara que
llevas tras diez horas sirviendo
hamburguesas…esos son los días normales. ¿Los días malos? JÁ.
3 DE JUNIO DE 1979
Mary, mi compañera de
trabajo, se esfuerza en sonreír ante Marky, un joven italiano asquerosamente
gordo e increíblemente grosero, producto de ser un niñato arropado por su padre mafioso, un tal Aldo Castoro, cuya
familia está vinculada en amistad con el abogado del distrito de marras.
Viene aquí todos los Jueves,
con algún amigo matón y alguna que otra puta jovencita de ocasión, a comer
hamburguesas de ternera mientras nos grita bromas u órdenes con arrogancia y
chulería y se mueve con esa desagradable velocidad de los obesos en exceso.
Sabe lo que somos en este
país y lo que se espera de nosotras: trabajar de camareras, aguantarles,
servirles la comida con una patética sonrisa Ronald Mac Donald. Yo le regalo la
sonrisa de IT. Que se joda.
10 de Junio de 1979
Recuerdo que, a pesar de que
era una niñata pálida y flacucha, en Trenton la pandilla del barrio me
respetaba. Sí, bueno, una vez robé un Edsel Pacer del 58, y eso me dio reputación
entre los chulos de más años que capitaneaban a los chavales de mi calle, pero
de todas formas me ganaba el respeto porque nunca dejaba pasar una. A nadie.
Con los años una se vuelve una cobarde. Ya no puedes sacar las uñas 24 horas al
día, y agachar las orejas, acaba siendo increíblemente natural y aceptado.
Hoy el cerdo de Marky me ha
llamado sifilítica perdida y le he tenido que parar el carro. Todo por un puto té
y las nubecillas de leche. Él y la putilla que le acompañaba se pusieron como
locos conmigo cuando devolví las imprecaciones, y entonces el tema se calentó y
acabé con aquella zorra por el suelo. Mary no sabía ni que hacer. Nos
separaron, el gordo me llamó de todo mientras Oliver el gerente le intentaba
calmar, todo el mundo nos miraba y yo me
veía despedida.
Sorprendentemente Oliver no
me ha echado del Lazy Ox. Me ha caído una buena, pero aquí sigo. Supongo que
Marky tampoco le caía bien a Oliver.
¡CUANDO VUELVA NO QUIERO QUE ESA HIJA DE PERRA ESTÉ AQUÍ TRABAJANDO!
Será cabrón, será cabrón.
P.D. Marky tiene un Ford
Pinto…
22 de Junio de 1979
Hoy ha sido LA NOCHE.
No puedo describirlo todo
(imagina, querido diario, si la poli te captura).
Además son las cuatro y
media de la madrugada y estoy muy borracha.
Todavía muy borracha.
Acabé en una fiesta
extravagante en un antro de Compton. Recuerdo a una tal Violeta y a una amiga
suya, pagándome jelly shots con absenta y contándome algo sobre un garito de
pescadores en Terminal Island reconvertido en local de raves. Debían ser unas
bolleras de mucho cuidao.
Escapé afuera del pub y las
cabronas seguían dando la tabarra con mi cazadora de cuero.
Entonces vi al gordo. Al
gordo. A Marky. Salió de la nada, creo que de un bar que hacía esquina con
Alondra Boulevard. No sé, eso no importa.
Montaba con una chica en su
Ford Pinto amarillo, tambaleándose de puro gordo y de borracho y la gatita se
le enroscaba.
Violeta y su amiga quedaron
flipadas cuando me lancé como un puma sobre mi Nissan Datsun, dejándolas con su
retahíla incomprensible de palabras sobre temas intrascendentes en la boca, y
descolgándome por la ventanilla y arrancando BRUUM BRUUM BRUMM M
Las luces de Los Angeles brillaban. Cómo brillaban. Escalofríos de una libertad prohibida recorrían mi médula BUF BRUUMMM Moderé la velocidad y la actitud al volante. DE MOMENTO.
Marky ya había enfilado la
general del Boulevard.
Y YOTENÍA POCAS
POSIBILIDADES CON EL DATSUN B201.
Pero ÉL iba borracho, y yo
BRRRUM BRRUM BRUMM
¿Entendéis lo que os digo?
Ése BRUUMMM BRUMM que es como una ballena resoplando al ritmo de un tsunami
acercándose a la indefensa costa. OH QUE JODIDAMENTE BORRACHA ESTOY TODAVÍA.
Y PLETÓRICA.
El gordo se cogió la 91 y salió de ella a la altura del parque regional
de Yorba, en dirección seguro a algún chalé de Chino Hills.
Y entonces en la aturdidora
noche de la venganza y la locura, me lanzé como un tiburón con toda la poca
potencia de mi jodido carro.
¿Sabéis que un Ford Pinto es
como una trampa de gasolina volátil sobre ruedas? Da igual lo que dijera ese
puto judío de Milton Friedman, el Ford Pinto era una pira funeraria en
potencia. La Ford misma creo que fue acusada de homicidio o algo de eso por
culpa de ese puto modelo de coche.
BRRRRRRUUUUUUMMMMMMMMM
LA GASOLINA TRAS EL EJE
TRASERO FLAMMMMM
MARKY SE SALE DE LA PISTA
UNA BOLA DE FUEGO
Por el retrovisor, veo el
destello flamígero por el retrovisor.
Me escapo por la secundaria
que me saca de la urbanización hacia Fullerton, la radio…
POR LA RADIO la voz de la furia irlandesa rabiosa OH GRAN Luke
Kelly con Whiskey in the Jar
Conduzco temblando
No estoy segura de quién he
sido durante la última media hora
Psicopatología:
Psicopatía. Conductora asesina sin indicios disociativos.
Título:
Evangelina Wassertrum – 34 años – natural de Nueva Jersey?
Razón: Proposiciones
horizontales en la comisión de investigación de la Nº37
Detalles:
URGENTE – Fugada y en busca y captura por la Ley
Con fecha 10/
26/1981
Bueno Murray, se trata de
cuatro trabajadoras sociales y una enfermera asignada desde Florida. Todas
ellas llevan desempeñando sus labores asistenciales entre diez
y veintitrés años. En una carta remitida al presidente de la institución
federal, los jefes de la Unidad de Salud Mental pertinente refieren la
responsabilidad de estas mujeres.
Ya sabía yo que iban a rodar
cabezas con la fuga de Evangelina. No me parece justo en absoluto, más aún
cuando los responsables de la compañía de seguridad se han ido de rositas. Ya sé
que ese pobre hombre de Servymax al que la Nº37 asesinó en su fuga es algo
lamentable, pero indiferentemente a la negligencia del fallecido, la compañía
debería tener alguna responsabilidad en el asunto.
He hablado con la doctora
Bernat sobre todo esto, y no ha querido pronunciarse. Me da la impresión que no
le interesa en absoluto cómo ha ocurrido el
incidente, pero se muestra muy preocupada por lo que significa tener a la
Nº37 de nuevo en las calles.
Parece ser que Evangelina
Wassertrum trabajaba en una hamburguesería (Lazy Ox Canteen, en el 241) al menos durante el año inmediato anterior a
su detención. La doctora Bernat ha solicitado hablar con el propietario del
local para investigar más a fondo el perfil de la paciente.
Nada fuera de lo normal. Ése es el diagnóstico concluyente
tras hablar con el reducido número de personas
que la conocen. Alegre, amable, con buena salud, trabajadora y disciplinada.
Así la relatan todas las personas entrevistadas. Sobra decir que, si Evangelina
se movía entre dos mundos, el día y la noche, la USM y la policía tan sólo habían
llegado a entrevistar a aquellos que la conocían en un solo mundo, el del
escaparate de la sociópata: el del día, como joven camarera.
Tenía que haber alguien en
el mundo de la noche, que era donde la paciente desarrollaba sus actividades
criminales, que la conociera.
Y entonces llegamos a David Fetch,
regente del Moolly´s blooms Irish Pub, que aseguraba conocerla.
Su descriptiva sobre la Nº37
difiere, y mucho, de la que comentan aquellos que la conocían trabajando de
camarera en el Lazy Ox Canteen.
Para empezar, la tía frecuentaba
el Moolly´s casi todas las noches. Y la mayoría de las ocasiones, Fetch afirma
que ella bebía grandes cantidades de alcohol, además confraternizando con unos
trasnochados pandilleros locales que imitaban a los Hells Angels. Desconocemos
si la Nº37 continuaba sus salidas nocturnas en compañía de tales pandilleros, a
los que la policía ya está dando acoso.
Sí destaca Fetch que le
llamaba la atención que a menudo la citada, dejaba las llaves de su coche sobre
la barra del local mientras bebía, y eran éstas diferentes con mucha
frecuencia. Tal dato corrobora que Evangelina Wassertrum incurría en el robo de
autos de manera compulsiva.
En colaboración con el
departamento de policía de Nueva Jersey, la USM está buscando viejas fichas
policiales de adolescentes acusados de robos de autos durante los años 70 en Trenton.
Podría haber alguna pista sobre la paciente y eso nos sería de gran ayuda,
Murray.
No me cabe la menor duda que
estamos ante un caso típico de psicópata que da rienda suelta a sus más oscuros
deseos de manera prefijada y planeada pero siempre dentro de un esquema de vida
común de ciudadano normal. La Nº37, si bien por el día servía hamburguesas y
por la noche atropellaba transeúntes o asesinaba mediante accidentes a otros
conductores, no es un caso de doble personalidad.
La doctora Bernat, en base a
ciertos escritos explícitos que la Nº37 dejó en el centro, ha explicado que
esta paciente sin duda alguna siente placer sexual cuando comete crímenes al
volante de un automóvil.
Como ya habrás leído en las
insanas notas de Wassertrum, esta mujer describe cómo “el comportamiento abiertamente enfrentado a la ley le comunicaba una
euforia erótica que llegaba al punto culminante de resolución tras chocar su
auto con el de otras personas y ver cómo éstos se estrellaban o se salían de la
carretera”.
Más inquietantes aún son sus
palabras recordando “el sobrecogedor orgasmo que sumergía mi reflexión en el
impulso primario más bestial cuando, tras hacer estrellarse a un coche, volvía
acelerando para rematar a los heridos”.
Parece ser que su acción es
guiada por la presencia de un estímulo sexual intenso, que a su vez actúa como
principio vertebrador de una “manera de vivir como en el salvaje Oeste”, ya en
boca de la Nº37.
Qué quieres que te diga
Murray, me resulta aterrador que un ser humano disfrute viviendo de una manera
tan salvaje. Más aún cuando no hay un desorden mental, sino más bien una
profunda y básica psicopatía en sus resortes del pensamiento.
Bueno, tan sólo espero que
las fuerzas de la autoridad la capturen tan pronto como sea posible y retiren
esta amenaza mortal de nuestras carreteras. Dios Murray, cada vez que pienso en
mi mujer Sara cuando conduce para llevar
a los niños a la escuela…
Te adjunto varios puntos del
análisis de la Nº37:
1. Ausencia de autocontrol y
de código axiológico.
2. Estimulación sexual
mediante conducción suicida y criminal.
3. Doble vida sin doble
personalidad. No episodios disociativos.
4. El vehículo automóvil
como lejanía y relación con la muerte.