15 de Mayo de 1979
Odiado diario de mierda,
cada vez que se apagan las luces del publicitario de la hamburguesería y
termina mi extenuante jornada laboral, siento que me falta el aire. Me caigo
sobre el asiento de mi coche, jodidamente cansada, harta, apestando a puto
aceite refrito. Y pienso muchas cosas.
Me he pasado toda la puta
infancia y adolescencia soportando reprimendas y castigos de adultos que
insistían en que no tenía futuro alguno de seguir el camino de la delincuencia
y la rebeldía, que sería una fracasada. Vale. Me reconduzco hacia una vida de
correcta ciudadana, ¿y sabes?, ahora sí que me siento una puta fracasada de
verdad. El olor del fracaso es este jodido pestazo a grasa, a cocina.
No siempre es fácil encarar
los aledaños de la cuarentena cuando estás atrapada en un trabajo pringoso,
indigno y malpagado. ¿Estudiar?, oh lo siento hay que pagar las facturas, y la
productividad maravillosa de la Lazy Ox Canteen exige 10 horas de jornada
laboral. 1.14 dólares miserables la hora. Debería ganar el mínimo, joder, 3.14
dólares. Juró que algún día sumergiré al gerente en la freidora.
Estás ahí, al jodido otro
lado de la barra, sirviendo menús (¡MUEVE TU CULITO NENA!), en la cocina, atrás
y adelante todo el santo día.
Intento algún plan más allá
del resarcimiento salvaje de un fin de semana libre, pero nada prospera.
Hice lo que se suponía que
debía hacer, dejar el robo de coches, las pandillas, los líos. Ganarme la vida
de manera honrada. Pero qué te voy a contar, queridísimo diario de mi vida, veo
a mucha gente de éxito por aquí en Los Angeles, y adivina; muchos son
criminales, traficantes, políticos corruptos, niños de papá, putas de alto
standing, judíos especuladores. ¿Son ellos gente honrada? Al diablo con todo.
Estoy hastiada de chulos y
camellos, y la idea de buscar algo de estabilidad con un hombre patético o
desesperado como ha hecho mi compañera de trabajo Mary, me deprime.
Enciendo el motor de mi descafeinado
Nissan Datsun B210 (¡que le jodan a Ford!) y entonces me relajo, mi cabeza se
vacía completamente, y fluyo como fluye la gasolina a través de los intestinos
metálicos del sedán. Ya lo sé. Son 60 cv de potencia de mierda, pero me ahorro
combustible, y eso, odiado diario, beneficia mi mermada economía.
Conduzco. Suspiro. Me olvido
del Lazy Ox Canteen.
Suspiro. Conduzco. Siento
como una ansiedad que me pica con querer vivir algo más, no sé, algo grande.
Y es que hay algo más allá
de la chispa de ignición que se enciende en mí cuando mi mente se traslada al
asfalto caliente…
24 de Mayo de 1979
Para una Burguer girl, un
buen día es aquel que te llaman “muñeca” “cara bonita” “buen culito”. Cuando
alguien sugiere que te faltan tetas o que pareces una amargada por la cara que
llevas tras diez horas sirviendo
hamburguesas…esos son los días normales. ¿Los días malos? JÁ.
3 DE JUNIO DE 1979
Mary, mi compañera de
trabajo, se esfuerza en sonreír ante Marky, un joven italiano asquerosamente
gordo e increíblemente grosero, producto de ser un niñato arropado por su padre mafioso, un tal Aldo Castoro, cuya
familia está vinculada en amistad con el abogado del distrito de marras.
Viene aquí todos los Jueves,
con algún amigo matón y alguna que otra puta jovencita de ocasión, a comer
hamburguesas de ternera mientras nos grita bromas u órdenes con arrogancia y
chulería y se mueve con esa desagradable velocidad de los obesos en exceso.
Sabe lo que somos en este
país y lo que se espera de nosotras: trabajar de camareras, aguantarles,
servirles la comida con una patética sonrisa Ronald Mac Donald. Yo le regalo la
sonrisa de IT. Que se joda.
10 de Junio de 1979
Recuerdo que, a pesar de que
era una niñata pálida y flacucha, en Trenton la pandilla del barrio me
respetaba. Sí, bueno, una vez robé un Edsel Pacer del 58, y eso me dio reputación
entre los chulos de más años que capitaneaban a los chavales de mi calle, pero
de todas formas me ganaba el respeto porque nunca dejaba pasar una. A nadie.
Con los años una se vuelve una cobarde. Ya no puedes sacar las uñas 24 horas al
día, y agachar las orejas, acaba siendo increíblemente natural y aceptado.
Hoy el cerdo de Marky me ha
llamado sifilítica perdida y le he tenido que parar el carro. Todo por un puto té
y las nubecillas de leche. Él y la putilla que le acompañaba se pusieron como
locos conmigo cuando devolví las imprecaciones, y entonces el tema se calentó y
acabé con aquella zorra por el suelo. Mary no sabía ni que hacer. Nos
separaron, el gordo me llamó de todo mientras Oliver el gerente le intentaba
calmar, todo el mundo nos miraba y yo me
veía despedida.
Sorprendentemente Oliver no
me ha echado del Lazy Ox. Me ha caído una buena, pero aquí sigo. Supongo que
Marky tampoco le caía bien a Oliver.
¡CUANDO VUELVA NO QUIERO QUE ESA HIJA DE PERRA ESTÉ AQUÍ TRABAJANDO!
Será cabrón, será cabrón.
P.D. Marky tiene un Ford
Pinto…
22 de Junio de 1979
Hoy ha sido LA NOCHE.
No puedo describirlo todo
(imagina, querido diario, si la poli te captura).
Además son las cuatro y
media de la madrugada y estoy muy borracha.
Todavía muy borracha.
Acabé en una fiesta
extravagante en un antro de Compton. Recuerdo a una tal Violeta y a una amiga
suya, pagándome jelly shots con absenta y contándome algo sobre un garito de
pescadores en Terminal Island reconvertido en local de raves. Debían ser unas
bolleras de mucho cuidao.
Escapé afuera del pub y las
cabronas seguían dando la tabarra con mi cazadora de cuero.
Entonces vi al gordo. Al
gordo. A Marky. Salió de la nada, creo que de un bar que hacía esquina con
Alondra Boulevard. No sé, eso no importa.
Montaba con una chica en su
Ford Pinto amarillo, tambaleándose de puro gordo y de borracho y la gatita se
le enroscaba.
Violeta y su amiga quedaron
flipadas cuando me lancé como un puma sobre mi Nissan Datsun, dejándolas con su
retahíla incomprensible de palabras sobre temas intrascendentes en la boca, y
descolgándome por la ventanilla y arrancando BRUUM BRUUM BRUMM M
Las luces de Los Angeles brillaban.
Cómo brillaban.
Escalofríos de una libertad prohibida recorrían mi médula BUF
BRUUMMM Moderé la velocidad y la actitud al volante. DE MOMENTO.
Las luces de Los Angeles brillaban.
Cómo brillaban.
Escalofríos de una libertad prohibida recorrían mi médula BUF
BRUUMMM Moderé la velocidad y la actitud al volante. DE MOMENTO.
Marky ya había enfilado la
general del Boulevard.
Y YOTENÍA POCAS
POSIBILIDADES CON EL DATSUN B201.
Pero ÉL iba borracho, y yo
BRRRUM BRRUM BRUMM
¿Entendéis lo que os digo?
Ése BRUUMMM BRUMM que es como una ballena resoplando al ritmo de un tsunami
acercándose a la indefensa costa. OH QUE JODIDAMENTE BORRACHA ESTOY TODAVÍA.
Y PLETÓRICA.
El gordo se cogió la 91 y salió de ella a la altura del parque regional
de Yorba, en dirección seguro a algún chalé de Chino Hills.
Y entonces en la aturdidora
noche de la venganza y la locura, me lanzé como un tiburón con toda la poca
potencia de mi jodido carro.
¿Sabéis que un Ford Pinto es
como una trampa de gasolina volátil sobre ruedas? Da igual lo que dijera ese
puto judío de Milton Friedman, el Ford Pinto era una pira funeraria en
potencia. La Ford misma creo que fue acusada de homicidio o algo de eso por
culpa de ese puto modelo de coche.
BRRRRRRUUUUUUMMMMMMMMM
LA GASOLINA TRAS EL EJE
TRASERO FLAMMMMM
MARKY SE SALE DE LA PISTA
UNA BOLA DE FUEGO
Por el retrovisor, veo el
destello flamígero por el retrovisor.
Me escapo por la secundaria
que me saca de la urbanización hacia Fullerton, la radio…
POR LA RADIO la voz de la furia irlandesa rabiosa OH GRAN Luke
Kelly con Whiskey in the Jar
Conduzco temblando
No estoy segura de quién he
sido durante la última media hora
Yeah, musha rain dum a doo, dum a da,
ha, yeah
Whack for my daddy, oh
Whack for my daddy, oh
There's whiskey in the jar, oh
Yeah, whiskey, yo, whiskey
Oh, oh, yeah
Oh, oh, yeah
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