L.A.
Una tierra de extasío y cemento elemento,
siempre huele como a mahonesa y basurilla,
llegas al motel y el calzado te huele a contenedor de basura,
cristal, tabloide arrugado, límpido cielo azul,
el negro alucinado a pleno día,
la nube de Meth
nubes de tormenta en los montes centrales, más allá del monte San Antonio hacia el Valle de la Muerte,
los canales secos llenos de carritos y almas calientes por el Fentanyl,
el mondongo huraño, las excreciones de la noche
y los ecos de un Brad Pitt comprando en Rodeo Drive
santa Mónica, y los Dioses que vimos
cuando veíamos Los vigilantes de la playa.
El artista no puede sino tender a Hollywood.
Somos una generación más familiarizada con la cultura Post-Pop que con todo lo de nuestra tierra, que parece o rancio
o aburrido
o clasista
o de cuento de dragones y princesas
Déjenme una parcelita en alguna esquina
que allí quiero soñar
y morirme sin saber de mi raíz
No hay comentarios:
Publicar un comentario