lunes, 20 de agosto de 2012

"Páramo de adolescencia"

Volvíamos en la noche de verano a dar un voltio por el cementerio de Carrio, en ese tiempo entre fiesta y fiesta que es paréntesis breve, donde algún latigazo de razón te hacía sentir culpable de no sé muy bien qué.
Quizá esa visión de saber que podría haber otros modos de vivir.
Quizá el hecho de que los jóvenes desperdiciemos un potencial enorme...

La noche de Agosto en Asturias es un aliento vital que se va apagando de manera acusada a partir de mitad de mes y pronto trae a los que miramos con hondura el recuerdo nostálgico del tiempo pardo de las hojas secas y la vuelta ..¿al cole?. Já.



Mira hacia atrás, ves fiestas y locura, ¿realmente ha pasado todo eso?, oh, no ha habido casi un día de descanso; litronas en la playa, litronas por la ciudad, litronas en el río, aquí y allá...Viajes no muy largos, encuentros y casuales, rueda y fiesta, días festivos y festival...
Mejor mirar hacia esa tormenta de juergas que queda atrás, porque acaba el verano y volvemos a ya sabemos qué; unos a luchar contra la delincuencia (já), otros a la universidad, al paro, al estudiar o al parasitar. Pero al final parece que todo futuro es litrona caliente en el muro de algún lugar en alguna tarde de fines de Agosto. O una noche estrellada con los hombros chamuscados del sol al playear. Septiembre no, Septiembre ya es demasiado tarde para trasnochar.

GMA 08-12

2 comentarios:

  1. Septiembre siempre vuelve, implacable, a recordarnos lo mucho que podemos llegar a odiarle. Pero a mí ningún septiembre va a decirme cuándo o no trasnochar. Por tanto, a trasnochar se ha dicho, Guillermo.
    Un abrazo!

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    1. Gracias Phoebe, pero la vuelta a los estudios y los asuntos serios de la vida junto con el tiempo frío ya no dan tantas ganas de desparramar las horas por la calle jeje

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